Para ti, mamá
En mayo fue el día de la madre. Ese día llamé a mi madre y le dije: "¡¡Felicidades!!"..., pero sinceramente no lo sentí nada. Hace tiempo que siento que hay algunas fechas señaladas que para mí ya no importan. Bueno, no es que no me importen las fechas señaladas. Sí me importan, pero me importan las que significan algo para mí, las que nacen de mis vivencias.
Ese día las redes sociales se llenaron de fotos de regalos, flores, bombones, frases y amorcitos... Sin embargo yo no le regalé nada a mi madre. El año que viene me imagino que tampoco le regalaré nada. Lo siento mamá, ya me conoces.
No dudo de que esos días pudieran tener un valor bonito y significativo en su época, pero para mí ahora mismo están en manos de las grandes empresas, que te recuerdan cuándo y qué regalar. No me gusta. Prefiero los regalos sin más, en fechas no señaladas y cuando nadie más regala nada.
Hace tiempo que en un trabajo personal escribí esta carta para ella, para ti, mamá. Nunca se la di porque era un trabajo para mí. He dudado en si compartirla o no porque es muy personal, pero de pronto he sentido que tenía que hacerlo, así que ahí va:
Para ti, mamá
Querida mamá,
quiero darte las gracias por darme la vida, por recibirme en tus entrañas y mecerme en tu útero.
Te elegí como mamá para aprender de ti y hoy me doy cuenta de lo que aprendo cada día.
Me gusta recordar el mimo con el que me peinabas cuando era niña, cómo me ayudabas a hacer algunas cosas y cómo íbamos cogidas de la mano cuando salíamos de paseo. Incluso cuando yo ya era bastante mayor.
Me gusta ver fotos de cuando tenías la edad que yo tengo hoy y ver que somos parecidas. Te veo preciosa. Veo parte de mí en tu mirada y me encanta.
Agradezco tu naturalidad en algunos temas, como la sexualidad, porque como mujer he crecido sintiéndome bien conmigo misma y disfrutándome. ¡Gracias!
Agradezco tu apoyo incondicional al dejarme elegir libremente lo que quería o no quería hacer, estudiar..., o a qué quería dedicarme. Recuerdo tu complicidad firmándome notas falsas para clase diciendo que estaba enferma cuando en realidad me cogía un vuelo y me iba de viaje una semana. Gracias por confiar en mí. Gracias por darme alas para volar.
Recuerdo las historias que nos contabas de cuando eras pequeña. Muchas eran trágicas pero contadas con ese toque de humor conseguías sacar lo positivo de cada una de ellas.
Agradezco el amor por la naturaleza que he mamado de ti.
Agradezco el apoyo que me has dado en los momentos importantes de mi vida y la naturalidad de tu soporte. Sobre todo en los relacionados con mis embarazos, partos y crianza de mis hijxs. Recuerdo el día que te dije que quería parir en casa. Yo estaba nerviosa porque no sabía cómo ibas a reaccionar. Y tú, tan natural... "¡pues como se ha hecho toda la vida!". Fue fácil hacerte cómplice de mi decisión. Supiste esconder muy bien tus nervios y tus miedos para dejarme elegir a mí. Y supiste informarte para calmar tus dudas. ¡Gracias!
He crecido y crezco a tu lado y me gusta ver que tú también sigues creciendo.
Sé que sabes que te quiero aunque no te lo diga. Se lo digo a diario a mis hijxs y sin embargo no encuentro el momento para gritártelo a ti. Voy a empezar a decirlo más, lo prometo. Te quiero mamá.
te felicito porque eres capaz de abrir el corazón y gritar a los cuatro vientos lo que sientes. Te veo como una hija maravillosa, una madre expectacular y una mujer excepcional y estoy segura de que tu madre lo sabe.
Un abrazo lleno de luz,