El camino hacia la maternidad
Cuando te quedas embarazada todo cambia a tu alrededor. Para algunas personas pasas de ser una mujer independiente, segura, autónoma... a convertirse en una primeriza que no sabe nada sobre lo que le pasa a ella o a su bebé. Y ahí empiezan los consejos de todo el mundo y a todas horas. Desde tu madre, tu suegro, tu amiga, la de la frutería, uno que pasa por la calle y te dice...
Todo el mundo tiene algo que aconsejarte, te guste o no, hayas o no preguntado, bien tengas varices o ardores o te encuentres fenomenal. Y es que tú, mujer, todo lo haces mal "porque no sabes".
Por no hablar de cuando vas a la revisión y, sin mirarte a los ojos, ya te están diciendo lo gorda que te estás poniendo, o medicando alguna pastillita porque te falta tal o cual cosa ... pero eso sí "que sepas que no estás enferma, estás embarazada", casi siempre desde un trato infantililizado y desde la superioridad de "yo sí sé lo que te pasa", aunque no sepa ni lo que comes normalmente o ni siquiera tenga útero el personaje que tanto sabe sobre ti. Como si fuera la revisión del coche.
Es así como muchas empezamos nuestro camino hacia la maternidad.
Cuando se acerca el momento del parto parece que todo se incrementa y empiezan los comentarios de postgrado. Y es que aquí todo el mundo tiene un máster pmaternal y, claro, saben más que tú: "No vas a aguantar el dolor", "no vas a poder dar el pecho", "no vas a dormir en años", "ya verás lo que te espera". Parece que lleven una bola adivinatoria debajo del sobaco. Qué bonito, oye. Y nuestras hormonas para arriba y para abajo.
Cuando ya tienes a tu bebé en brazos empiezan los comentarios basados en la evidencia científica, del tipo: "si lo coges en brazos se acostumbra", "déjale llorar que se le ensanchan los pulmones", "si duermen contigo nunca los sacarás de tu cama". ¿? ¡¡Venga ya!!
Parece que tenemos que luchar para no escuchar, para pasar de los comentarios o no tomárnoslos a mal, para ser educadas y responder con una sonrisa de agradecimiento... Parece que la gente puede opinar sobre tu vida, te guste o no. Y tú tienes que permanecer callada y tragarte tus opiniones, tus emociones y tus sentimientos, porque "no sabes", mujer.
Pues no, señoras. Basta ya. Pongamos límites. Límites claros. No dejemos que nadie nos toque la tripa sin nuestro consentimiento, que nadie nos diga lo que tenemos que comer, cómo o con quién dormir, si dar teta más allá de tantos meses o años o no... que nadie nos diga lo que tenemos o no tenemos que hacer o sentir. ¡¡Si no hemos preguntado!! Somos nosotras las que llevamos una vida dentro. Somos nosotras las que decidimos si queremos ser madres o no. Somos nosotras las que vamos a vivir la crianza con esa criatura. Somos nosotras las que sabemos cómo nos sentimos. Somos nosotras las que sabemos lo que nos apetece o no.
Si nos dejan tranquilas viviremos nuestro embarazo como lo tengamos que vivir. Buscaremos la información donde nosotras queramos, preguntando o informándonos cuando nosotras queramos. Pariremos de tal o cual forma, pero con la mente tranquila y vacía de prejuicios externos. Y criaremos a nuestrxs cachorrxs con amor. Sí, con amor. ¡¡¡Que dar amor NO es malcriar!!!
Os invito a responder a los comentarios cuando os apetezca, con educación siempre. Porque sí sabemos, porque sí sentimos, porque las que mejor conocemos nuestro cuerpo y a nuestrxs hijxs somos nosotras mismas. Que no nos hagan pensar lo contrario.
Y desde aquí doy las gracias a todas las personas que alguna vez me han hecho sentir que era yo la que tomaba las decisiones y me han dejado hacer. Empezando por: matronas, ginecólogas, enfermeras, pediatras... Gracias por hacer vuestro trabajo sin entrar en juicios hacia mis preferencias durante el embarazo, el parto y la crianza de mis cachorrxs. Gracias también a las que no me han respetado porque de ellas he aprendido y me he empoderado para saber e informarme a conciencia de lo que quiero y de lo que no, demostrando muchas veces que yo sabía bastante más que ellas.
Que nos dejen tranquilas :):):).
Saludos desde China