¿Por qué usar signos con bebés?
Los bebés tienen la capacidad de comunicarse desde que nacen. A través del llanto, de la sonrisa, de la mirada... nos dicen lo que sienten o necesitan, pero a veces nos cuesta mucho entenderles y no siempre diferenciamos bien lo que nos quieren expresar.
A los pocos meses empiezan a comunicarse a través de sus manos, dando palmas, diciendo adiós, señalando, haciendo caricias, tirando besos...
Con el uso de la lengua de signos o señas podemos potenciar esa capacidad que tienen, dándoles una herramienta comunicativa para expresar conceptos básicos pero precisos. Por ejemplo, en vez de señalar una manzana cuando la tienen delante, pueden decir "manzana" si quieren una, aunque no esté a la vista.
Sabemos la importancia que tiene el vínculo emocional entre un bebé y su madre. A través de la lengua de signos potenciamos ese vínculo, porque la comunicación mejora en ambos sentidos. Las partes se sienten más comprendidas, reduciendo su frustración, y favoreciendo la autoestima del bebé. También estimulamos el aprendizaje de la lengua hablada. Aunque se piense lo contrario, el uso de signos en la comunicación con un bebé no interfiere en su desarrollo de la lengua oral.
También favorecemos el desarrollo intelectual y de la coordinación visual y muscular.
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