La maternidad como droga

11 de diciembre de 2017

Llevo un tiempo sintiendo algo. Hoy todavía no le puedo poner nombre. Aunque me doy cuenta de que claramente he sido una madre inconsciente. Mucho. Con todo lo que me he preparado para ser madre... Y ahora tengo un sentimiento del que no había leído nada. No estaba preparada para sentir esto que siento ahora.

Considero que ser madre ha sido y ES la mayor de las terapias de mi vida. El mayor de los crecimientos personales. La maternidad no ha pasado por mi vida sin más. La maternidad me ha regalado vivencias únicas. Partos maravillosos donde he sentido la conexión con la madre Tierra, con la vida, con la unicidad, con el todo… Lactancias gozosas que me han transportado a lugares lejanos de sumo placer. Y grandes momentos que me han aportado grandes aprendizajes.

Tener a mis hijos cerca, portearles, dormir junto a ellos, jugar juntas, verles dormir, escuchar cómo sus respiraciones se acompasaban con la mía, comprobar cómo su temperatura se regulaba con tan sólo mi cuerpo desnudo, ver cómo cachorreaban con su padre… Todo eso me ha hecho sentir el A M O R en estado puro. La sensación de casi poder sentir el cordón umbilical más allá de lo físico. Esa fusión de dos cuerpos en uno… Es difícil describir lo que he sentido en tantos y tantos momentos con tan sólo mirarles a los ojos, escuchar un balbuceo o el simple roce de su piel junto a la mía. Es una sensación que viene sin avisar, se agarra en el pecho y se extiende como una ola por todo el cuerpo. Y te llena. Te llena tanto que parece que no cabes en tu cuerpo. Parece que eres más grande, que ocupas más espacio físico. Y te expandes más allá de tu ser.

He pasado muchos años así. Ahora me doy cuenta de lo que pasa, creo. Quizá..., ¿las hormonas? Ese cóctel hormonal. Esa sabia mezcla que la naturaleza prepara con esmero para que te quedes prendada de tu bebé… Funciona. Todas esas sensaciones dentro de mí hace un tiempo que ya no están. Yo las busco. Os prometo que las busco en lo más profundo de mi ser porque han estado en mí. Esas sensaciones recorriendo mi cuerpo hasta hacerme sentir una con el todo… ¿Dónde se han ido? Hace casi dos años que desteté a Emma. Casi dos años y todavía me sale algo de leche a veces. Escuchar a un bebé llorar un rato largo y sentir una punzada en mis pechos y querer ir a cogerle, a darle de mamar... ¿Os ha pasado? A mí mucho. O un llanto prolongado sin consuelo y verme meciéndome sola para acompañar a esa cría en su soledad. El nivel de oxitocina natural ha ido descendiendo hasta hacerme sentir que ya no tengo súper poderes como cuando daba teta. El flujo hormonal ahora debe de ser “normal”. Y yo sigo buscando esa sensación de plenitud y de inmenso goce y no la encuentro en nada. No la encuentro en mis hijos tampoco ya. En nadie, ni en nada de la misma manera. Y siento un vacío que no puedo explicar. Como si estuviera al borde del abismo. Hoy sólo puedo dejar que las lágrimas resbalen por mis mejillas.

La sensación de flotar en el aireNo me cuestiono el amor. Sé que amo con fuerza. Sólo quiero volver a sentirme flotar. Sólo quiero volver a despegar mis pies del suelo y volar alto. Quiero sentir esa punzada que atraviesa todo el cuerpo y te eriza la piel, como cuando escuchas esa música que te recorre el cuerpo con cada nota, o cuando te das cuenta de que estás soñando y te llenas de tu propia luz… Todavía me quedan algunos pocos momentos en los que sentir el universo en mí.

Y me pregunto por qué no sabía nada de esto. ¿Por qué he sido tan inconsciente pensando que esta sensación duraría para siempre?

Y se me mezclan los sentimientos. Siento un dolor infinito por saber que eso ya no volverá. Me siento agradecida por haber vivido con tanta intensidad los primeros años de vida de mis dos hijos. Me enfada el no haberme preparado para atravesar este duro duelo.

Y me da por pensar que ahora mismo me tomaría cualquier sustancia que me hiciera vivenciar lo que he vivido en los primeros años con ellos. Y me siento una yonki en busca de esa sensación de puro amor por la vida.

Luego respiro y me miro. Y sé que exagero y soy dura conmigo misma. Sé que sigo sintiendo todo eso sólo que… quizá se ha transformado. Ahora la vibración es muy diferente a la del principio. Es en otros lugares de mi cuerpo, no tanto en el pecho extendiéndose. Quizá no tan a menudo con mis hijos que es lo que echo de menos, pero sí más a menudo en mi vida sin ellos. Llevo un tiempo preguntándome si puede que tuviera algún tipo de bloqueo corporal que me impidiera sentir, como si tuviera el pecho más cerrado... Hoy, después de un rato de soltarme, me pregunto lo contrario y siento que mi pecho está más abierto a dar y recibir que antes de ser madre.

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5 comentarios
Raquel
12 dic 17
Te leo y me estremezco porque siento eso que dices al mirar a mi bebé. No puedo imaginar ahora mismo cómo será ese cambio de vibración del que hablas pero lloro sólo de imaginar que puedan irse las sensaciones.
12 dic 17
Gracias por tu comentario Raquel.
Disfruta de cada momento con tu bebé ❤
Un abrazo.
12 dic 17
Linda Ruth, ¿si verdad? que curioso que pase "ese super viaje".
Yo también lo vivo como tu... y, en algun lugar, me siento también liberada.
Nam cumplió 13 años hace poquito y la gente me decia: "que rapido pasa el tiempo eh", y yo pensaba "¿rapido? a mi me da la sensación que han pasado dos siglos desde que nació". Ha sido tan tan intenso, y aún a veces lo es; y han pasado tantas, tantísimas cosas....
También siento agradecimiento por lo vivido y agradecimiento por lo nuevo que trae la ¿post-maternidad? jajaja... menuda palabreja acabada de inventar
Gracias por compartir amore... nos servimos tanto unas a otras.... gracias por permitir a otras mujeres reconocerse en ti... un abrazo infinito
12 dic 17
Un abrazo de los largos, Lía
Andrea
12 dic 17
bello
y eso eres
es tu Ser expresándose y fusionándose.
Eso sigues siendo
No está sólo en la maternidad
Está en todos los lugares donde te fusiones con la misma potencia y energía amorosa.
bellísimo
Muy muy bello.
Apertura, completa apertura.
Yo también lo siento. Abrazos
Jelen
06 feb 18
Gracias por compartir esa sensación, y por avisarnos. Porque la maternidad me ha cambiado la vida, y me preguntaba si sería para siempre. Gracias, porque aún lo viviré con más intensidad y pasión, seguiré renunciando a otras actividades por disfrutar cada instante con ellos, sabiendo que esta sensación de poder, profundidad y alegría se transformará. Un abrazo en estos momentos
Lucia
10 jul 18
Me uno a Jelen, gracias por "avisarnos". A veces no sé cómo exprimir más estos momentos aún de "puerperio extendido". Me recreo en ellos :) Un abrazo