Yoga y peques

5 de enero de 2017

Con el año nuevo me apetece compartir con vosotrxs la importancia de la conexión con el propio cuerpo y lo bonito de transmitírselo a nuestrxs hijxs. Me parece que cuando conectamos con nuestro cuerpo nos es fácil llegar a la mente y saber cuáles son nuestras necesidades y nos resulta más sencillo tomar decisiones.

Yo llevo practicando yoga desde hace muchos años. Hatha Yoga es lo que he hecho siempre, aunque ahora estoy descubriendo el Yoga Nidra y le estoy cogiendo el gusto. Hay muchas disciplinas de yoga pero todas deberían tener un mismo objetivo común: la unión del cuerpo y la mente. "La ciencia del yoga es un vasto y ancestral sistema de técnicas basadas principalmente en la toma de consciencia del movimiento respiratorio, la consciencia corporal y la consciencia de la fuerza vital (prana)". También es verdad que es algo que ahora se vende muy bien y no todo el mundo se basa en la filosofía inicial, haciendo más bien algo parecido a gimnasia de mantenimiento con algo de relajación. Por eso te recomiendo que, si te apetece indagar en este tema, busques bien con quién, porque los beneficios que te aporta son muchos.

En mi camino por mi propia maternidad he tenido muchos momentos donde no he practicado nada de nada. Cuando Nico era muy bebé intentamos incluirle en nuestras clases de yoga. Íbamos dos veces a la semana y todo el mundo estaba encantado con él, que dormía plácidamente casi toda la clase, pero yo no acababa de conectar conmigo misma, estaba muy pendiente de él, así que decidí parar. Retomé durante el embarazo de Emma y con su nacimiento paré de nuevo. Hace poco he retomado con fuerza esta disciplina, que ¡a mí me viene tan bien! y ahora que ya son más grandes puedo ir ¡¡sola!! Es mi momento de conexión, lo disfruto un montón y me recarga pilas para rato. La novedad que quiero contaros es que algunas veces me pongo a yoguear en casa, con las peques danzando por ahí y me ha sorprendido mucho ver cómo ellos se suman enseguida a hacer lo que yo hago.

El vídeo de OOOMMM MOOO lo conocimos hace tiempo y nos encanta.

Con toda la naturalidad del mundo los peques comienzan imitando mis posturas, se concentran, se ponen a meditar junto a mí, me miran atentos... Es verdad que suelen terminar encima de mí como los monos o solemos acabar haciendo equilibrios, de risas, pidiendo que les haga el avión, o que hagamos miles de malabares con su cuerpo... Lo que es cierto es que pasamos seguro un momento en familia divertido y en conexión con nosotras mismas y con nuestro cuerpo y además creo que la esencia del yoga les va dejando poso.

Os animo a probar a ver cómo reaccionan vuestros peques.

Mirad los míos cómo acaban ツ






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